No se tiene un dato exacto sobre el surgimiento de la escalada en roca como tal, los antiguos cazadores seguramente escalaban paredes persiguiendo a sus presas. En 1786 se registró el primer ascenso al Mont Blanc y de ahí que se desarrollara un interés más profundo sobre las montañas. De allí surge el desarrollo de la escalada en roca como deporte, al principio en la montaña y más tarde como especialidad en murallas independientes en rocódromos entrenando y produciéndose un espectáculo al que pudiese acudir el público surgiendo la escalada deportiva.